Imagínese si cada lugar que visitó durante una semana le diera una pequeña bolsa de galletas para llevar. Además de eso, cada vez que volvías a visitar un lugar, te hacían mostrar tu bolsa de galletas o te daban otra bolsa. Después de un tiempo, llevar y clasificar todas esas cookies le llevaría mucho tiempo. Así es exactamente como las cookies del navegador de Internet pueden degradar el rendimiento del sistema informático.
